Récord inaugurado por el americano Robert Foster el 15 de marzo de 1959, el mayor tiempo aguantando la respiración voluntariamente se estableció por primera vez en 13 m y 42 s bajo 3,05 metros de agua en una piscina.
Foster se preparó para su logro hiperventilando oxígeno puro durante 30 minutos antes del intento para conseguir que sus pulmones obtuviesen más oxígeno del que es posible al respirar aire normal. El récord permaneció imbatible durante casi medio siglo, mientras submarinistas con experiencia mostraban sus capacidades para aguantar la respiración en competiciones organizadas por la Asociación Internacional de Buceo Libre (AIDA por sus siglas en inglés), el organismo oficial de la disciplina del buceo libre.
Entonces, el 5 de enero de 2006, el campeón de apnea Tom Sietas (Alemania), un hombre que ha conseguido una serie de logros en AIDA, se hizo con el título, consiguiendo un tiempo de 14 m y 12 s bajo 3,05 m de agua en el plató de Lo Show dei Record en Milán. Tom Siestas continuó mejorando su récord, llegando a romperlo cuatro veces antes de que Peter Colat (Suiza) rompiese el guión con un tiempo de 16 m y 32 s, el 10 de febrero de 2008. Más tarde, el mago de la televisión estadounidense David Blaine, logró aguantar la respiración durante 17 minutos y 4 segundos el 30 de abril de 2008. Pero Tom Sietas lo intentó y lo superó con unos 17 minutos y 33 segundos el 30 de diciembre de 2008. Finalmente el italiano Nicolangelo Putignano, el 19 del abril de 2009, lograría aguantar la respiración por 19 m y 2 s.
Pero se ha vuelto a batir este récord, esta vez el protagonista vuelve a ser el suizo Peter Colat que ahora logró aguantar la respiración bajo el agua durante 19 minutos y 21 segundos. Dentro de un enorme cubo de agua, Colat, con traje de buzo, aguantó con la cabeza sumergida a muy poca distancia de la superficie un tiempo impensable para cualquier ser humano. Fuera del habitáculo los jueces comprobaron, cronómetro en la mano, la fiabilidad del intento. Y dentro del cubo de agua, dos auxiliares se mantuvieron durante todo este tiempo junto al aspirante a morirse asfixiado por si hiciera falta su concurso.
De acuerdo con las reglas del Libro Guinness de los Récords, al suizo se le permitió inhalar o hiperventilar oxígeno puro durante treinta minutos antes de iniciar su intento bajo el agua. Después se trata de entrar en medio trance, gastar energías mínimas y poner en marcha un poder de concentración gigantesco. ¡Una hazaña totalmente increíble!
Fuente de Información: Planeta Curioso
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